Dos Conclusiones (2)

Personas de todas las culturas que ocupan el mismo espacio en el suelo estadounidense, comprensiblemente, tienen sentimientos ambivalentes, es decir desconfianza acerca de los próximos años. En contraste con esta ambivalencia, los líderes cristianos hispanos pueden elegir proporcionar la visión, los valores y el impulso de la reconciliación. En la medida en que somos seguidores de Cristo estaremos equipados para encarnar los rasgos de sacrificio y redención que se encuentran en el corazón del Evangelio (figura 1).

La preocupación y el enfoque práctico de la mutualidad cultural y en nuestro papel educacional es reconocer la contribución de la integridad y el amor. De lo contrario seremos irrelevantes en un mundo desesperado por lo que deberíamos ofrecer.

Esta tercera opción es la que debemos practicar en forma de estilo de vida. Deben ser pasos hacia la mutualidad multiétnica, en la construcción de consenso y confianza con los compañeros que también son líderes cristianos.

No necesitamos estar de acuerdo en todo. Siempre seremos individuos que tratan de lograr metas que en varias casos son de carácter competitivo. Sin embargo, un importante nivel de consenso sobre la naturaleza y la función de liderazgo se desarrolla a través del diálogo. Si somos capaces de reunirnos con sinceridad y amor, hemos entrado profundamente en las intenciones de Dios para las relaciones positivas entre su pueblo.

La confianza entre compañeros es también una condición previa para la mutualidad multiétnica educacional. Podemos definir la confianza como «la firme esperanza en la integridad, capacidad y carácter de otra persona». La confianza no se puede fabricar de forma espontánea; sólo se puede construir, ladrillo por ladrillo.
¿A quién confiamos implícitamente? La única forma de generar confianza es hacer promesas el uno al otro y luego mantenerlos, día tras día, año tras año.

Hay muchas experiencias pasadas que hacen que sea difícil para nosotros confiamos firmemente en la integridad y carácter de otra personas y aún de instituciones que parece que siempre están en combate. Ejercen un nivel de competencia que no es sabio para aquellos que representan al Reino de Dios. El peligro del nacionalismo dentro del nuevo contexto estadounidense es todo una realidad que debemos gestionar. La rivalidad entre los países Latino Americanos llega a esta rivera y distorsiona las posibilidades de crear un nuevo contorno para aumentar las posibilidades de una estudiantado de IB sin prejuicios. Las riñas entre un país y el otro debe quedarse en exilio. Hoy somos un nuevo pueblo, una nueva nación con una nueva responsabilidad ante Dios de alcanzar la reconciliación con Dios y con el prójimo.

(continuará)

 

2 respuestas a «Dos Conclusiones (2)»

  1. La reconciliación con el prójimo, es especial con el liderazgo, es la que realmente es difícil de lograr. He observado en gran parte del liderazgo actual una ética ministerial tan pobre, que es difícil creer que se pueda llegar a cultivar la confianza. Razón por la cual muchos prefieren «arreglarles» solos. La falta de confiabilidad en el liderazgo es lo que nos aqueja en la actualidad.

    1. Hay mucho de verdad en su explicacion con respect a la confianza en el liderazgo. Pero «la iglesia» ha pensadoalguna vez, en la preparacion de tales lideres? la mayor de las veces son tomados «del monton».sin mas ni mas.

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