Las realidades que presenta este corto artículo tiene, como base, una continua investigación bibliográfica y la experiencia personal del autor en el país del Norte. Las realidades no son exploradas en forma exhaustiva, pero sirven para acomodar la preposición de una lucha continua entre los que practican y los que teorizan el ministerio. Existe una buena oportunidad para repensar como también rehacer las pautas que gobiernan la educación teológica en el contexto urbano. Muchas veces los esfuerzos son eficientes, pero no son efectivos por una serie de asuntos que trataré de señalar en forma concreta y directa.
La Realidad del Contorno
Es importante que seamos sabios y que nos ubiquemos: Estamos en una realidad geográfica multicultural que desafía a todos los sistemas previamente utilizados por la educación teológica. Un programa educacional urbano debe identificar su situación administrativa y programática en el contexto que es ministerial y dentro del enredo de la iglesia local. Simplemente, no des un ambiente secular. La teología, currículo, método de enseñanza, reglamentos académicos y estructuras administrativas son informados por el contexto del ministerio. Es aquí en donde el mundo estrictamente académico quiere imponer sus ritos y costumbres, desmontando los procesos “nativos” educacionales, considerados como inferiores e ignoran el historial de los esfuerzos que han producido resultados.
La contextualización estructurada implica que los costos, procedimientos, reglamentos y métodos de enseñanza encajan el contexto de servicio para lograr una entrega máxima y capaz de la educación teológica a la mayoría de personas posibles. En realidad, la contextualización es un compromiso son el shalom de la ciudad. Queremos decir que un programa contextualizado busca siempre el afirmar a la ciudad como el centro de la actividad redentora de Dios. Contextualización significa que el evangelio es holístico, señalando lo que es tanto personal como lo social; es evangelismo y acción social simultáneamente.
La Realidad del Servicio
La pregunta fundamental a quién estamos sirviendo en la educación. Años atrás, cuando fui misionero en Guatemala, Centro América, mis conceptos de preparación teológica fueron transformados por los escritos de Ross Kinsler. Específicamente su libro Ministry by the Whole People of God. Para mi tres lecciones principales definen la tarea educacional dentro del marco de la iglesia:
En primer lugar el ministerio no esta limitado al ministro ordenado. La totalidad de la iglesia debe ser testigo del evangelio a través de la Palabra y auténtica acción. Es así que al identificar a quién estamos sirviendo, nos damos cuenta que estamos tratando con dos niveles de experiencia ministerial: El primero son aquellos que ya están en el ministerio urbano y les urge alimentar su perímetro de conocimiento teológico; y otros están con ansias de entrar al ministerio a través de una buena preparación bíblica.
Este marco es útil para emprender el segundo concepto de servicio: Los seminarios tradicionales enfrentan dimensiones multiculturales en forma desproporcionada a su pasado. Si el ministerio es para todos, entonces incluye a todos… Nuestras ciudades están ante desafíos singulares a causa de las etnias y minorías de grupos históricos como los Afro-Americanos, los Hispanos, las comunidades europeas como los Italianos, Irlandeses, y recientemente las comunidades Asiáticas.
Y la tercer categoría termina desafiándonos con asuntos de género. El papel ministerial de la mujer es uno de larga trayectoria y alto honor en las grandes urbes del mundo. Aquí es donde los programas teológicos deben tratar con la inclusión; se trata de todo el Cuerpo de Cristo en el ministerio.
Continuara…
La educación es fundamental no solo para el desarrollo del ministro sino también de la iglesia. La pregunta: a quién estamos sirviendo en la educación? es para pensar. Entramos en la academia para tener un título y colgarlo o para obtener el conocimiento y distribuirlo entre el pueblo? La iglesia se desarrollará en la medida que el ministro amplía sus conocimientos y los aplique para que estos se vuelvan a pasar a la generación siguiente. No solo incluyendo lo teorico, sino tambien lo práctico,
Maria Richads
Bendiciones mi hermano Zone!
No nos podemos cerrar en una comunidad para hacer la obra de Dios, las almas están afuera, el hecho que hayan comunidades homologas en nuestros países no significa que estamos exentos de llevarles la palabra a las almas sin importar su origen étnico, mucho mas aun en EE.UU en donde hay tanta diversidad étnica, es nuestro deber prepararnos para llevarles un evangelio no adulterado, necesitamos estar concientes que quien nos ha llamado no es el hombre sino Dios, y es a Dios a quien tenemos que obedecer.
Esta reflexión me gusto mucho porque cuando pensamos en un ministerio en la ciudad, en realidad tenemos que pensar de una manera ¨out of the box ¨ para que el ministerio sea efectivo y feraz. El pensamiento ¨evangelismo y acción social simultáneo¨ es importante y no se debe perder como modelo de ministerio efectivo.