Esta es la historia de un líder evangélico que vivió en ambos mundos. No es la historia que pensé que ocuparía mi primer posting de este blog formal. Para este escrito no importa cual fue su transfondo sociocultural. Solo se sabe que lidiaba en dos culturas. Y aquí en Los Ángeles, California, de donde se origina este renglón, hay de todo. La ultima cifra demográfica cita 140 países y 224 idiomas: Una verdadera Torre de Babel.
Mi amigo no se supo cuidar. No supo escuchar la voz que predicaba. Saber y actuar sobre lo que es la voluntad de Dios en nuestra vida no viene por casualidad. Tenemos que ser intencionales en nuestro descubrimiento de Su voluntad y practicarla (Mateo 7:24-27).
Los grandes místicos de antaño tanto como los contemporáneos nos iluminan al sugerir que una vida sanamente equilibrada consiste en dar importancia a cuatro dimensiones. El cuidado de nuestro cuerpo físico, nuestra vida mental, nuestra vida espiritual, y nuestro pulso social.
Se trata de ir a lo privado, a lo personal, a lo que es el centro de nuestro ser que debe seguir las instrucciones de Jesús, como por ejemplo: «Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.» Mateo 6:6.
No podemos delegar esta responsabilidad a otro. Debemos hacerlo nosotros mismo. Nadie puede obedecer al Señor por nosotros. Dios nos invita y nosotros aceptamos. Primero es mi vida interior (mi carácter); después es la exterior (ministerio).
Fue aproximadamente un mes que mi amigo falleció de un ataque cardíaco masivo a medida que viajaba por avión de Mami a Texas. El piloto tuvo que hacer una aterrizaje forzado y fue declarado muerto por los médicos que lo estaban esperando en el aeropuerto. Tenia 52 años de edad. Media 5’3 pies (1.52 cm) pesaba 280 libras (127 kilos).
Nunca se cuidaba… Su dieta, comía lo que venia, comida rápida, frita, pastas y dulces… tenia ese tipo de apetito. Jamás descansaba lo suficiente por su continuo horario de viajes y predicaciones por todos lados. Para él era ministerio, pero en realidad fue activismo que lo hacia sentir espiritual… Apenas si dormía porque padecía de un insomnio a causa de un alto stress. Ejercicios? Jamás, no tenia tiempo, y además decía que sus «genes» lo habían predispuesto a ser gordo. Era muy importante ver un programa de televisión a las 2 de la mañana, sentado en el sofá comiendo una pizza y empanadas con una Coca Cola- dietética, por supuesto!
El cuerpo, después de todo, no es cualquier cosa. Ser un ser humano es nuestra identidad. Pablo no titubea en colocar al cuerpo humano en un lugar de importancia: «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?» I Corintios 6:19. Esas últimas tres palabritas son problemáticas…
Tenemos que repensar la manera que tratamos nuestro cuerpo. No debemos abusar nuestra fe creyendo que porque somos cristianos somos fisicamente privilegiados y que no tendremos consecuencias cuando alteramos nuestra conducta personal en el cuidado del cuerpo. Tres aspectos para solucionar este problema:
• Cuidemos nuestra dieta… Desde los niños hasta los ancianos, los componentes alimenticios han producido una crisis de salud en todo el país.
• Es importante descansar. La falta de dormir trae graves consecuencias a la vitalidad y habilidad de actuar y pensar. No es un lujo dormir y descansar… es una obligación. Recuerde el Salmo 4:8: “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú me haces vivir confiado.”
• Es importante tener un plan de ejercicios físicos. Muchas enfermedades se pueden evitar cuando tenemos una rutina razonable a favor del cuerpo físico… Consulte con su medico de cabecera para que le indique lo que debe hacer para estar bien de salud.
Mi compañero de milicia estaría con nosotros si acaso se hubiera cuidado un poco cada día… Ya no esta en ambos mundos. Esta prematuramente en el otro mundo…
